Han pasado varios meses y el antes apacible, tranquilo y bondadoso DANI se ha transformado en un peligroso científico que pipetea todo lo que encuentra a su paso tratando de describir su genoma y mejorarlo.
La causa de tal transformación no la conocemos, tal vez el frío extremo de la meseta norte, el abuso de la cecina o la caida de una piedra de la cúpula de la Catedral, el caso es que amenaza con venir la próxima semana y no para entrenar con nosotros, si no para experimentar con nuestros cuerpos. Avisados quedáis.
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